El diálogo siempre será una de las mejores opciones, pero para que este diálogo se dé hay unas condiciones básicas: evitar la agresividad en el habla, evitar la ironía, evitar hablar de situaciones anteriores, se trata de solucionar el conflicto aquí y ahora. Nos puede ayudar utilizar frases o palabras como: perdón, gracias, lo siento, qué bien lo has hecho, ¿en que te puedo ayudar? ¿cómo te sientes? Estas palabras se vuelven ahora más indispensables que nunca.
La mayoría de estos conflictos serán por la gestión del día día: la atención a los pequeños, la limpieza de la casa, la compra, entre otros. A la gestión del día día, en muchas familias, se está sumando la incertidumbre laboral, los problemas de salud, el duelo y muchos más. Todas ellas son situaciones de un alto estrés emocional.
Son tiempos muy complejos, y cada uno de nosotros nos vamos a enfrentar a sentimientos que no sabremos bien cómo manejar.
Aclaremos quién hace qué y a qué hora se hace. Seamos prácticos, empáticos y/o flexibles. Habrá que buscar otras técnicas que ayuden a mantener la serenidad: la meditación, el yoga, escribir un diario, la música, leer o dibujar.
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