La semana pasada ya anuncie que este sería el tema de mi nueva entrada. Todos los niños desde primero de Primaria hasta el fin de sus estudios se enfrentan a este reto, algunos incluso antes, pues llevan la cartilla a casa o tienen que hacer escritura.
Muchos son los interrogantes que como padres nos hacemos: ¿Cuándo dejarles solos? ¿Cuántas veces se los tengo que corregir? ¿Es posible que no tengan deberes o, al contrario, es posible que traiga tantos deberes a casa? ¿Cómo organizar el tiempo de estudio? …
Muchos son también los sentimientos que surgen en nosotros cuando ayudamos a nuestros hijos a hacer los deberes y, normalmente, estos sentimientos suelen ser de frustración que acompañamos con frases del tipo: «Si no estoy encima de ellos no hacen nada», «no consigo que haga bien los problemas de matemáticas», «si no les pregunto cien veces parece que no se lo sabe», «estamos toda la tarde haciendo ejercicios», «no saben estudiar solos»…
Para los padres también es un reto. Hay que organizar tiempos, espacios, recordar lo estudiado en nuestra infancia, asimilar nuevas formas de aprendizaje…Todo esto no cabe en una entrada, por lo que me centrare en algunas aclaraciones que tienen que ver con los horarios de estudio, esperando de esta manera facilitaros vuestra tarea como padres.
- Rutina. Que se sienten a estudiar a la misma hora, elaborarles un horario de estudio, que tenga en cuenta las actividades extraescolares. Cuando realizo siempre la misma actividad a la misma hora parece como si mi propio cuerpo lo pidiera. Esto lo saben bien las personas que hacen alguna actividad física, si por cualquier motivo no salen a correr ese día y a esa hora parece que les falta algo. Lo mismo ocurre con la actividad intelectual.
- No valen los atracones. Si nuestros hijos están más de una hora sentados en la silla de estudiar, os aseguro que a partir de ese momento ya no hacen nada de provecho. En algunos casos, los tiempos de estudio serán menores o pasaran de la hora (pero nunca más de hora y media). Estos tiempos dependerán de factores como la edad, el grado de atención y concentración que tengan nuestros hijos.
- Fraccionar los tiempos de estudio. En relación a lo anterior, es más provechoso para todos tener dos o tres momentos de estudio a lo largo de la tarde.
- Llevar todo al día. Este es el gran reto, sobre todo cuando se hacen más mayores, porque de esta manera evitaremos los atracones que ocurren cuando llegan las semanas de controles y hay muchos temas que memorizar.
- Controles. Es cierto, aunque parezca una contradicción con lo anterior, que si hay controles habrá que estudiar más y añadir en el horario un rato más de estudio.
- Nadie nace sabiendo. En los primeros cursos de Primaria tendremos que estar más encima de ellos, sobre todo para que aprendan a organizarse y para recordarles alguna técnica de estudio, en especial los esquemas y los mapas conceptuales.
Si hiciéramos una sencilla suma, nos daríamos cuenta del tiempo que nuestros hijos pasan estudiando a lo largo de un curso escolar. Por eso es tan importante nuestra labor en la gestión de su tiempo hasta que ellos aprendan a hacerlo. Está en juego no sólo los resultados académicos, sino también su autoestima, su autonomía, nuestra capacidad para la frustración, el buen clima familiar…
En la próxima entrada hablaré de los espacios para estudiar y de otras sugerencias que quizá os ayuden.
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