Buenas tardes. Siento no haber escrito en estas semanas: He estado realizando un curso para poder reflexionar y poder orientaros en estos tiempos complejos.
Otro de los motivos es que la incertidumbre de la desescalada me está provocando sentimientos como la desánimo, cierta tristeza y enfado entre otros. Todos en estos días estamos aprendiendo a gestionar nuestras propias emociones.
Espero que la entrada de hoy os pueda seguir ayudando. Agradezco mucho los comentarios y las llamadas que he recibido diciéndome que les ha ayudado leer alguna de mis reflexiones.
Retomaré de nuevo la idea del duelo, pero entendida en su amplio sentido de pérdida.
Los menores han perdido lo que era “su mundo conocido”, entre otras; el contacto directo con sus familiares y amigos, las relaciones escolares, sus compañeros, sus “profes”, sus rutinas o sus actividades extra escolares.
Los padres han asumido nuevos roles: profesores, amigos, entrenadores o abuelos. Hemos tenido que ir aprendiendo día a día a gestionar nuestras emociones y la de nuestros hijos y, en muchas ocasiones, hemos sentido que nos faltaban recursos.
Creo que es bueno poder hablar con nuestros hijos de estas “pérdidas”, porque no van a volver al mundo que conocían. No ha sido una hibernación, esta siendo una transformación. Ni la escuela, ni las vacaciones, ni las relaciones con amigos y familiares serán como las que ellos recordaban. La distancia social, la mascarilla o las nuevas medidas de protección de la salud serán parte de su día a día.
En esta gestión de emociones somos los adultos sus referentes. Expresemos lo qué sentimos y el por qué lo sentimos cuando lo verbalicemos. Tener que ir de nuevo a trabajar puede generar alegría, miedo, incertidumbre o tristeza entre otros sentimientos. Les ayudaremos a comprender lo que sienten. Algunos alumnos se incorporarán mañana a las aulas: hablemos con ellos de forma positiva y tratemos de dejar de lado la frase “tienes que ir y punto”. Escuchemos lo que nos dicen, comprendamos sus emociones y animemos a vivir con esperanza su nueva realidad.
Espero que sigáis bien y, ya sabéis, que podéis contactar conmigo para lo que necesitéis.