Hace unos días comenzaron los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. A casi nadie nos deja indiferente este acontecimiento deportivo. En esta entrada me gustaría reflexionar sobre algunas actitudes que se fomentan en este importante evento:
- El esfuerzo Los deportistas llevan cuatro años preparándose para los Juegos. Muchos de ellos forman parte de deportes minoritarios y, por lo tanto, no pueden vivir profesionalmente de ello. El deporte se ha convertido para estos deportistas en una manera de vivir, pero no en su trabajo. Aún así, tienen el deseo de superarse.
- La decepción Todos los deportistas tienen sus metas marcadas y, al igual que nosotros cuando no se cumplen nuestras expectativas, se tienen que enfrentar a la frustración de no haber conseguido aquello que con tanto esfuerzo llevaban preparando. Sin embargo, hay una diferencia importante entre nuestros fracasos y los suyos, y esta diferencia es que su fracaso será visible mundialmente y que va a haber muchas personas que opinen sobre él.
- La superación Todos los deportistas acuden a este evento con la esperanza de mejorar sus marcas y sus resultados. Sin embargo, en ocasiones la superación no es deportiva sino personal: el deporte les ha llevado a superarse en la vida. Pensemos en situaciones personales y biografías de algunos de estos atletas.
- El trabajo en equipo Muchas de las disciplinas olímpicas son deportes de equipo. Del deporte en equipo ya he hablado en otras entradas de este blog, sobre lo que quiero incidir en este momento es que la opinión pública fija el foco de atención en los líderes o figuras de estos equipos, y se olvida que estos líderes sin el equipo no son nada, puesto que todos forman parte de un equipo, donde todos ganan o todos pierden.
- El sentimiento de pertenencia Las aficiones llenan las gradas de los distintos deportes con banderas de distintos países. Antes de los partidos, o en las entregas de trofeos, escuchamos los himnos de diversos países. Está claro que el deporte, y más en concreto los Juegos Olímpicos, son un elemento que fomenta la cohesión social de un país.
- Cuidado a las criticas a los deportistas Los deportistas a los que admiran no son vagos o inútiles por no conseguir sus objetivos, lo mismo que les sucede a ellos cuando practican un deporte.
- Relativizar la derrota En los Juegos Olímpicos unos pocos ganan y unos muchos pierden. Si la derrota deportiva nos afecta negativamente en nuestra vida, nuestros hijos acabaran pensando que ellos no pueden perder, no solo en el deporte sino en todo lo que hagan de forma cotidiana, puesto que van a sentir que decepcionan a sus padres cuando no lleguen a alcanzar sus objetivos. Debemos insistir en que los deportistas intentan superarse, aunque a veces no lo consigan (como nos pasa a todos).
- Todos en el equipo son importantes Recordad que en los deportes de equipo son importantes todos los que participan, incluidos los suplentes. Como sucede en la vida, todos sumamos algo al grupo porque todos tenemos cualidades importantes. Además, pertenecer a un grupo es importante, siempre que esta pertenencia no derive en la descalificación del contrario.
- Disfrutar del deporte minoritario Disfrutemos durante estos días del deporte desde nuestra casa, aprovechando a conocer y disfrutar de deportes que solo tienen visibilidad cada cuatro años y, por supuestos, incluyo aquí al deporte femenino.
Aprovechemos estos días intensos de Juegos Olímpicos para disfrutar del deporte, pero sin dejar de pensar y cuidar las actitudes que tenemos ante él.
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