Muchos son los motivos que producen esta situación:
- Estrés ambiental: Luces, villancicos, cambio de decoración en la casa y en las calles.
- Cambio de rutinas: Cambiamos en muchas ocasiones nuestra residencia habitual, los horarios de comida, llevamos a cabo un sin fin de nuevas actividades.
- Estrés emocional: Es causado por la ilusión de los regalos y de la noche de Reyes o de Nochebuena. También porque vemos a familiares y amigos que quizá llevamos casi un año sin ver. Otra causa es el final del primer trimestre escolar, con las fiestas y momentos especiales que este conlleva.
- Estrés familiar: Puesto que queremos agradar a todos y, en especial, a los más pequeños. Las consecuencias del estrés ya las conocemos todos ya que empeoran el clima familiar y, al final, puede ocurrir lo contrario a lo que deseamos: discusiones, mal estar, chillidos, entre otras situaciones desagradables
- No pasar mucho tiempo en los centros comerciales, ya que el estrés ambiental es muy alto para los niños y para nosotros. Podemos buscar los horarios donde haya menos aglomeración y llevar bien planificadas las compras para no deambular de un lado a otro.
- Mantener las rutinas principales, como el horario de comidas, de baño o de irse a la cama.
- Siempre que el tiempo lo permita, salir a pasear y hacer actividades al aire libre.
- Diversificar las actividades. Podemos invitarles a jugar con juguetes, hacer deporte, colorear, leer, ver películas, entre otras actividades.
- En los días más señalados, anticiparles con quién van a estar y explicarles porque son comidas o momentos más especiales.
- Recordad que los momentos más bonitos para ellos son los que pasan con nosotros, si estamos pensando en todo lo que nos queda por hacer, ni ellos ni nosotros disfrutaremos.
- Es un buen tiempo para que nos ayuden a llevar a cabo pequeñas tareas del hogar, como poner la mesa, recogerla, adornar la casa, cocinar pequeñas comidas, limpiar el polvo y otras que se os ocurran.
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