lunes, 2 de enero de 2017

Lo que sobra

Feliz año a todos y que todo os vaya bien este año. Ya estamos de nuevo con la rutina y, a los que nos cuesta un poco volver a ella, os deseo mucho ánimo y paciencia.
Después de las fiestas navideñas siempre nos sobran muchas cosas: regalos, propósitos, kilos, algún lío con la familia… Como es imposible hablar de todo sin aburrir mucho, me voy a centrar esta semana sólo en una: ¿qué hacer con los regalos de los niños? Los Reyes Magos y, en algunas casas, también Papa Noel han sido muy generosos y han dejado un sinfín de juguetes a cada niño y, al final, parece que no saben jugar solos con ninguno de ellos. Os doy algunas ideas que pueden ayudaros.
Al principio, dejarles jugar con todo lo que tienen, porque poco a poco ellos elegirán unos pocos juguetes que claramente serán sus favoritos. Ese es el momento de ir guardando aquellos con los que no han jugado. Sin trauma, se los retiramos sin que ellos se den cuenta.
¿Cuándo dárselos de nuevo? Llegará también un momento en el que parece que se aburre con los juguetes que tienen, entonces rescatamos los que estaban guardados y se los ofrecemos de nuevo. Puede que esta vez sí que les motive, entonces iniciamos de nuevo el proceso de retirar aquello con lo que no juegan.
Hacer esto facilita:
  
  • Un poco más de orden en casa porque nuestras casas y sus habitaciones son finitas, hoy por hoy no hay fórmula mágica para ampliarlas sin más.
  • Ayudarles a elegir. Es más fácil si tengo pocas opciones.
  • Fomentar la solidaridad, porque aquello con lo que claramente el niño no juega se puede regalar a otros, llevar a una ONG…
No todos los juguetes son adecuados para nuestro hijos. En la mayoría de los fabricantes viene la edad recomendada para ese juguete, normalmente es una buena orientación. Si nuestro hijo tiene 5 años y le ofrecemos un juguete de 8 años, es posible que juegue con él pero no sacará todo el entretenimiento y el valor pedagógico para el que fue diseñado.
Hay juguetes que no deberían faltar en una casa: los juegos simbólicos (cocinitas, disfraces, juegos de oficios…), juegos para estar en la calle o hacer deporte (comba, balones, patines, bicis....), juegos que fomenten la creatividad (rotuladores, papeles de colores, pegamentos…) juegos como puzles, construcciones, libros…
Consolas, juegos para el ordenador… son para ellos altamente motivadores. Si van a jugar con ellos, sólo tenemos que tener en cuenta que también tengan un tiempo para los juegos más tradicionales y no utilizarlos antes de ir a dormir, ya que no les ayuda a conciliar el sueño porque, como ya he dicho, son altamente motivadores y exigen que estén a pleno rendimiento buena parte del sistema sensorial, como son el oído, la vista y el tacto para jugar con éxito.  
 
Y con los más pequeños de la casa, tenemos que jugar con ellos si después queremos que sean autónomos en sus juegos. Ya sabéis que repito muchas veces que nosotros somos sus modelos, si por ejemplo ven como jugamos a doctores, ellos sabrán curar a sus muñecos.
Bienvenidos los juguetes porque nuestros hijos necesitan jugar para crecer plenamente como personas desarrollando todas sus facetas.

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