Las rutinas nos ayudan a todos; a ellos porque les da estabilidad emocional y a nosotros, los padres, porque nos permite organizar nuestro hogar de manera más eficaz reduciendo el estrés y al irnos a la cama no tengamos la sensación de haber librado una batalla o corrido un maratón.
A veces me decís que es muy difícil llevar a cabo lo que
propongo porque los niños tienen extraescolares, partidos…. Pero hay cosas que
sí deberíamos mantener:
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Las horas de las comidas, meriendas y cenas deben
ser siempre las mismas, incluso en fin de semana. Los lunes son días lectivos
y, en ocasiones, los niños están demasiado dormidos o cansados.
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Estudiar entre semana todos los días y elegir uno
del fin de semana para que realmente descansen y desconecten.
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Antes de dormir seguir siempre el mismo orden
para que vayan disminuyendo su actividad emocional e intelectual. Por ejemplo:
recoger, baño, cena, lavarse los dientes, leer un ratito pero ya en su habitación y después a dormir.
Durante este tiempo no deberían ver la tele ni jugar con la tablet… son
demasiados estímulos para conciliar bien el sueño. Las personas no somos
ordenadores que conectamos y desconectamos en segundos
Como padres deberíamos proponernos un par de rutinas:
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La primera es estar un ratito con ellos para
realmente escuchar lo que nos dicen. Podemos hacerlo en la cena o antes de
dormir, cualquier ratito es bueno.
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La segunda es decirles lo mucho que les
queremos, incluso en esos días en lo que todo ha ido un poco torcido. Es bueno
para su autoestima y es bueno para nosotros pues podemos empezar todo de nuevo
al día siguiente.