El primer ámbito donde aprenden a gestionar las emociones es en la familia, porque nosotros somos modelos para ellos en la gestión de nuestras propias emociones. Para el buen trato hay pequeñas normas que no debemos olvidar, pero es fundamental que ellos las vean en nosotros:
- Fomentar las formulas de cortesía: No somos «elefantes entrando en una chatarrería como hubiera dicho mi abuela». Entrar en un sitio y saludar, pedir las cosas por favor, dar las gracias y despedirse.
- Fomentar aptitudes de agradecimiento: Muchas personas hacen mucho por nosotros desde nuestra familia extensa, nuestros amigos, los profesores. Pero también hacen mucho por nosotros en portería o en administración. Cada una de las personas que entran en contacto con nuestros hijos merecen nuestro agradecimiento, ya que están ofreciendo lo mejor de ellos mismos para hacer que nuestros hijos sean los adultos que queremos.
- Fomentar el reconocimiento: Si nosotros tenemos muchas cualidades, los otros también. Si a nosotros nos gustan que nos digan cosas buenas, a los demás también.
- Pedir perdón y perdonar: Es el reconocimiento de que todos nos equivocamos y que todos merecemos una segunda oportunidad.
Tratarse bien y tratar bien es lo que facilita y mejora la convivencia. Seamos ejemplo para nuestros hijos.